Uno de los conceptos que nos permitirá descubrir cómo cambia el poder adquisitivo es la dimensión temporal que hay en el dinero.

El valor del dinero en el tiempo, cambia. ¿Pero en qué medida nos afecta esta temporalidad?

La inflación es el efecto más común del tiempo sobre el dinero. Existe cuando se produce un aumento general de los precios y da como resultado que por cada peso se puedan adquirir hoy menos bienes y servicios que ayer.

Las razones por las que se produce son varias; entre ellas, el aumento de la demanda, el alza de los costos de materias primas, un mayor flujo de dinero y también por las expectativas que se crean en el mercado. En la actualidad, presenciamos una alza de precios en diversos productos y servicios sin precedentes, debido a los efectos económicos que han causado tanto la pandemia por Covid-19 como la reciente guerra en Ucrania.

Con esto podemos entender porque las familias, empresas y gobiernos necesitan planificar su gasto; con el propósito de destinar sus ingresos al consumo responsable de necesidades materiales que se presenten, respectivamente. Esto nos permitirá generar sobrantes aptos para ser ahorrados e invertidos. Aparte de optimizar las decisiones de consumo e inversión en el presente, conforme a las diferentes fuentes y niveles de ingreso.

Cambiando de punto de vista; tenemos las inversiones, estas utilizan el valor del dinero a través del tiempo para así incrementar su valor real y eventualmente genere una rentabilidad que supere la inflación. Además de contar con esta característica especial, si se sabe manejarlo, es posible invertir en proyectos que generen rendimientos.

El ahorro como vía de financiamiento

No hay que olvidar que el ahorro se define como el acto de destinar una parte de los ingresos para no consumirlos. Y así crear un fondo para lograr obtener un mayor poder adquisitivo en el futuro, que nos permitirá cuidar las finanzas y alcanzar diferentes objetivos.

En consecuencia, el ahorro resulta la principal fuente de financiamiento de inversión al promoverse por las empresas para aumentar la demanda, elevar la generación de riquezas y obtener de esta manera beneficios futuros. 

Del ahorro a la inversión

Antes de continuar con este otro tema, definamos qué es realmente una inversión. Sabemos que para realizar una inversión se debe contar con recursos financieros (dinero ó capital). Una inversión, en términos generales, es el uso de los recursos en el sector productivo con el simple fin de generar ganancias o beneficios y su importancia consiste en lograr la libertad financiera.

Hoy en día, realizar una inversión es uno de los actos más sencillos que se pueden dar en la economía y de ahí surge su gran importancia. Cualquier persona que cuente con una mínima cantidad de capital guardada puede llegar a invertir y tratar de generar ganancias más grandes a largo plazo.

Una inversión es una decisión bastante seria que se debe tomar con tiempo y tranquilidad. Hay que enfocarse correctamente en los distintos ámbitos para comparar, ya que puede significar futuras ganancias, pérdidas o simplemente riesgos que puedan llegar a generar inestabilidad en una persona. Sin embargo, no hay que alarmarnos, cuando es bien planeada, la inversión será siempre recomendada, ya que muestra una decisión inteligente de colocar el capital en algo que sea productivo en un futuro antes que gastarlo de manera definitiva.

El papel del gobierno en una inflación

Otro punto relevante para retomar nuestro tema, es cuando consideramos todas las variables ya mencionadas, cobra de gran relevancia el papel que tienen los gobiernos a la ahora de actuar frente a ella, debido a que tienen la responsabilidad de crear políticas monetarias que logren controlar la tasa de inflación y velen por un panorama sin tanta incertidumbre, debido a que sus acciones tienen efectos duraderos sobre la inflación, es decir, que afectan el valor del dinero en el tiempo.

Quizás esta última, el papel de las expectativas sea hoy un elemento más poderoso para la toma de decisiones de gasto porque están presentes la incertidumbre y el riesgo que gravita en los mercados. Pero para lograr controlar la inflación es necesario que todos los agentes económicos piensen que estos cambios en los precios son por un periodo relativamente corto.

La temporalidad en una decisión de gasto

Con todos los puntos anteriores mencionados, solo queda tocar el papel que contrapesa otros factores que afectan en el rendimiento de nuestras decisiones de gasto.

La tecnología cada vez convierte a los bienes privados y públicos en fuente de utilidad menos duradera. Por ejemplo, si se compra una tablet en 6,000 MXN se podría haber tenido la expectativa de que en el siguiente año se elevaría el precio. No obstante, increíblemente en el año subsiguiente sale al mercado un nuevo modelo con especificaciones superiores y más eficiente. Es decir, la primera unidad comprada ya no tiene el mismo valor que tenía cuando se adquirió.

En síntesis, en la toma de decisiones de gasto, toda empresa y persona física necesitan hacer consciencia del valor del dinero a través del tiempo, a fin de que los consumidores maximizan la función de utilidad, para que los empresarios obtengan una tasa de ganancia aceptable a la vez que fortalecen el capital de trabajo.

Asimismo, el gobierno debe tener un papel efectivo a la hora del gasto del presupuesto público en infraestructura física e instituciones para el bienestar social y elevar el grado de rentabilidad de la economía del país en su conjunto.

Incorporar a nuestra perspectiva

Es por eso que es valioso incorporar en nuestro conocimiento financiero a la inflación ya que es riesgoso darse el lujo de subestimarla. La inflación influye directamente con la temporalidad del valor del dinero y está se ve reflejada en la capacidad del poder adquisitivo que se ve afectado por fenómenos económicos y financieros que podrían aumentar o disminuir su valor.

Tanto el gasto de capital con fines de mantenimiento o de desarrollo de unidades empresariales, como aquel orientado a mejorar las condiciones de vida de cualquier persona, es una técnica pero incluso un arte que hay que aprender a adquirir, acumular y actualizar de manera permanente para así establecer objetivos financieros claros y así tomar mejores decisiones al generar inversiones que te den un retorno, beneficiando a todo el núcleo familiar.

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