Un cierre de año fiscal se puede definir como la presentación del ejercicio de un año, es decir, a partir de estos resultados, una empresa puede saber qué es lo que tiene que pagar de impuestos y bajo qué conceptos.
Para realizar un cierre de año fiscal, las empresas deben en primer lugar, calcular sus ingresos e ingresos durante ese año para definir cuál fue el beneficio bruto, que incluye los gastos, impuestos y otros insumos y el beneficio neto, en dónde se descuentan todas estas aristas y podemos definir cuál fue la ganancia real.
El cierre de año fiscal contempla un periodo de 12 meses, sin embargo, no se limita a que vaya del 1 al 31 de enero, muchas empresas suelen hacerlos desde el 15 de diciembre o antes, para tener resuelto esto previo al inicio de los festejos de fin de año.
Para el cálculo de los impuestos a pagar en un cierre de año fiscal, lo primero es considerar el tipo de régimen en el que nos encontramos. Es decir, si somos personas físicas o morales, ya que las personas morales tienen la obligación de hacer una retención de impuestos a sus empleados para que ellos realicen el pago.
En México, hay dos principales impuestos que se deben pagar: el ISR y los impuestos indirectos que contemplan el Impuesto de Valor Agregado o el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios. Hay algunas formas en que se puede reducir el pago de impuestos a través de deducciones, estas varían dependiendo del giro de la empresa o su situación fiscal.
Por ejemplo, para las personas morales las deducciones son por gastos del negocio, el costo asociado a la venta como puede ser mano de obra, materia prima, costos de producción, las inversiones también pueden ser deducibles a través de un método llamado depreciación. En el caso de las personas físicas son iguales pero se suman otro tipo de deducciones como lo son gastos médicos u hospitalarios, dentales, colegiaturas, gasolina y muchos otros. Para hacerlo se debe tener un estricto control de facturación en las compras.
Un cierre de año fiscal nos permite tener un panorama completo de los aciertos y errores que hubieron en ese periodo, brindándonos las herramientas para mejorar lo bueno y evitar aquellas cosas que nos hicieron tener pérdidas. De esta manera nuestras proyecciones y propósitos financieros en años futuros pueden ser más certeras.